lunes, 12 de marzo de 2012

¿Es verdad todo lo que nos cuentan?

La invención de noticias falsas, la capacidad de transmitir una información y que la gente se la crea y la credibilidad que se le puede llegar a dar a una noticia son los puntos claves que se tratan en la película La cortina de humo (título original Wag the dog), protagonizada en 1997 por Robert De Niro y Dustin Hoffman.

La película comienza con el escándalo que protagoniza el presidente de los Estados Unidos, a quien se le inculpa por acoso sexual a una menor. Esta acusación se realiza a escasos días de las elecciones. Los medios de comunicación enseguida lanzan el tema en sus portadas y en los programas de televisión no se habla de otra cosa, lo cual resulta perjudicial para las votaciones. Conrad Bream (Robert De Niro), uno de los consejeros del presidente, da con la idea de encubrir el escándalo con una noticia que cause aún más revuelo. La solución es inventar una guerra con Albania a la que el presidente ponga fin heroicamente y recupere la confianza de los ciudadanos. Albania resulta el país perfecto con quien fingir una guerra y hacer que la gente se olvide del escándalo sexual. Ya que, ¿cuántos albaneses pueden residir en EEUU? ¿Quién va a ir hasta Albania para corroborar los hechos? ¿A qué ciudadano estadounidense le importa ese país?  Una vez ideado el plan, debe conseguir la ayuda de alguien para llevar a cabo esa gran mentira.

Bream se pone en contacto con un productor de Hollywood, Stanley Motss (Dustin Hoffam), a quien le entusiasma la idea de participar en la invención de una guerra, pues para él es todo un reto.  En menos de dos semanas tienen que crear una guerra, llevarla a cabo y terminar con ella. Aquí es donde se empieza a tejer una red cada vez más grande de hechos y noticias falsas. Para que la gente se crea la guerra debe haber imágenes de ella. Por ello, ruedan una secuencia de una niña corriendo a través de un pueblo devastado. Ya tienen la imagen clave que es con la que se va a quedar la gente en sus mentes. La mandan a todos los telediarios y las personas, al ver las imágenes, se creen la guerra, aunque esas imágenes en realidad han salido de un estudio de grabación.

A esto se le puede denominar propaganda de guerra, es decir, tratan la guerra como un espectáculo. ¿Cuándo no se ha hecho esto en la vida real? Sin ir más lejos con la guerra de Vietnam. Fue la primera guerra televisadaDe ella se sacaron fotografías propagandísticas, como la célebre fotografía de un grupo de niños corriendo desnudos en Trang Bang. O la ejecución de un miembro del Vietcong, en Saigón, por un general survietnamita. Le ejecuta delante de los fotógrafos con el propósito de hacer un espectáculo. Esta última fotografía es un claro ejemplo de la fotografía preparada ¿Por qué se le da tanta importancia a las imágenes?Sencillo, porque lo que la gente recuerda son las imágenes, no la guerra.

A lo largo de la película se inventan eslóganes, canciones, etc.  Todo ello hace que, poco a poco, la gente se olvide del escándalo que protagonizó el presidente hace unos días. Los medios de comunicación están pendientes del transcurso del conflicto con Albania. Pero no se imaginan que  todas las noticias que les llegan son falsas. Bream y Motss incluso inventan que un soldado americano ha sido raptado por terroristas albaneses y días más tarde llega metido en un ataúd y se le hace un funeral militar. Pero el que creían que era un héroe de guerra era en realidad un convicto psicópata a quien Bream creyó idóneo para el papel.

¿Qué fin persiguen los medios de comunicación y los gobiernos al enseñarnos imágenes falsas, inventadas o preparadas? La persuasión puede ser uno de ellos. Pero esta película va más allá. Puesto que en ella los medios de comunicación son únicamente las marionetas que transmiten la información que alguien les ha proporcionado. El papel cambia y ellos se meten en el saco de los engañados.

Motss, conmovido por el éxito de su trabajo ya que todo el mundo se ha creído la historia de la guerra, considera que ha sido la mayor producción de su vida y quiere ser reconocido por ello. Pero nadie puede saber que todo ha sido un montaje, por lo que Bream ordena que se deshagan de él. Finalmente, el presidente pone fin al conflicto con Albania victoriosamente y gana el 89% de los votos. Nadie llega a enterarse de que en realidad todo ha sido una farsa.

¿Cómo podemos saber si lo que nos cuentan día a día es verdad? ¿Quién nos dice que las imágenes  que vemos por la televisión son reales o que en realidad ese edificio que estamos viendo derrumbándose por el estallido de una bomba es solo una maqueta? Estas preguntas carecen de respuesta, podemos estar siendo manipulados y no enterarnos nunca.

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